Hacia una educación sentida, comunicativa, vivenciada I

Entre los caminos que la vida me ha propuesto para expresarme he transitado varios mundos, en todos con una fuerte presencia de la educación, de la enseñanza-aprendizaje, de la docencia. Tal vez es el camino en que confluyen mas aspectos de mí y en este momento es mi espacio vital en donde crezco y soy.

Lo imprescindible, como la tierra fértil a la semilla, es establecer una relación viva que posibilite la comunicación en todos los canales: la palabra, el gesto, el cuerpo, los tonos, la mirada…
Pensamos más de lo que podemos expresar. Sentimos más de lo que podemos pensar. Vivimos más de lo que podemos sentir. Y aún hay mucho más. Eugene Gendlin
La educación quiere transformar, en el proceso de toma de conciencia uno conoce, profundiza y... puede haber un cambio, tal vez  en nuestra mirada en la vida, en nuestra energía, en nuestros objetivos, en nuestros anhelos, ilusiones, expectativas...  y la realidad se transforma, transformamos la realidad, nuestra realidad.

L@s educador@s no queremos transmitir simplemente conocimientos, queremos proponer herramientas, que sirvan para la vida, que sirvan  para transformar nuestras vidas, en la dirección de crecimiento que a cada cual la vida le proponga.

Somos seres visuales, emocionales, sociales, gregarios ... seres vivos, todos estos aspectos y más interactúan en el proceso vital que es el aprendizaje, por lo que son aspectos a tener en cuenta a la hora de plantear metodologías, programaciones, horarios……  trabajar no exclusivamente con el canal auditivo: hablar-escuchar-escribir  sino vivir, entrar en la vivencia, aprender vivenciando.

Hasta aquí el primer acercamiento de:  Hacia una educación sentida, comunicativa, vivenciada, tema que seguiremos desgranado.

Mi reconocimiento y agradecimiento especial, por las pinceladas y colores que han aportado ultimamente a mi vida docente, a Eugene Gendlin  focusing, a Luis López González y su vivencia con la pedagogía sentida, a Bienvenida Sánchez Alba y su entusiasmo a la  pedagogía sistémica, a Tomeu Barceló Rosselló por su voz, presencia y claridad en su práctica docente. Y... Y aún hay mucho más.
Ana Santiago Urkijo